lunes, 11 de abril de 2011

"Crónica Olvidada"

 Queridos..amigos..de..Pirineo..total;


La estación permanecerá cerrada durante la jornada de hoy. El calor sahariano parece haber remitido y tenemos viento de algún sitio que refresca el día. Sin noticias de nubes que puedan traer la última nevada seguimos esperando. El sol brilla, los pajarillos trinan, en los campos brotan las florecillas y a mi me pica la nariz. Puta primavera.
“El sexto dedo”
Spiderman tenía el sentido arácnido. El sexto sentido te permite (en ocasiones) ver muertos. Los esquiadores tenemos el sexto dedo que te potencia el sentido del tacto y en ocasiones te cagas en tus muertos.
Al principio es una rozadura que duele moderadamente y nace al lado del dedo peke del pie. Luego va creciendo conforme aumenta el dolor. Te dicen que es el rozamiento de la bota con el pie por llevarla suelta o por no quitar una piedra cuando te calzas. La verdad es que hay mil teorías al respecto y cientos de ensayos escritos, experimentos hechos,…Nadie sabe realmente porque aparece. Es un mito.
 Alternativa al ski.
Algunos esquiadores, en las noches de viento al lado del fuego y con varias copas de más, hablan de que es el “don” para esquiar bien. Es el estigma que te convierte en esquiador. Otros, con más copas de más, hablan de que si haces cuña en noches de luna llena se te quita. Y otros, los que más copas llevan de más, no dicen ni mú (O bien; mstaguendol buena ssstass).
Al principio no le das importancia, es una molestia más de tus múltiples dolores de temporada. Está por debajo del dolor del hombro por hacer de “Monitor-grúa”, de la sobrecarga de la rodilla, del chichón de la cabeza por no agacharte antes de que se gire el cursillista con esquíes al hombro bajando del huevo, del dolor viral propio de la temporada….Luego, crece en intensidad subiendo en la escala hasta la mitad. Ese momento es cuando dices “Me está matando este virus, a este no le quito la cuña y encima me duele la bota”. Ese preciso momento es cuando al finalizar el día te quitas la bota y  se te escapa un aullido de dolor.
 6º dedo refrescandose.
Te aprietas las botas y te duele. Hace calor y te duele. Hace frio y te duele. Cuando te pones las botas te duele. Cuando te las quitas te duele. Y cuanto más te duele más crece. Y cuanto más te pones las botas más te duele. Y estas metido en el día de la marmota así que el dolor crece exponencialmente.
Y llega un día en que estas bajando y de repente te tienes que parar de golpe. Un parón de urgencia. Una maniobra de “Loco Iván” que hacen los submarinos rusos en las pelis americanas. El dolor era insoportable, te deja sin fuerzas las piernas y te duele hasta el tello.
Ese es el sexto dedo. Algo crónico que dura solo lo que dura la temporada de ski y es parte del apasionante mundo del esquiador. Algo que al final nos tatuaremos para acordarnos de él en verano y que nos distinga a los esquiadores del resto de personas en bermudas. Es el estigma del esquiador como el que tuviese Demian, el hombre elefante o cualquier movida de esas.
Además, es el complemento ideal para un Yanel un día de calor y unos torpes. Eso revitaliza el ingenio (o era el genio?) y hace que llegues a casa más contento que unas castañuelas porque la jornada ha terminado y te quedan 16 horas para ponértelas botas de nuevo. Tu dedo palpita cuando te duchas y amenaza con salir de él otro tú.
En fin….
Desde aquí, para  Pirineo total; Rustav Cristiania.
 

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