miércoles, 5 de octubre de 2011

"Crónica de arañazos, golpes y abducciones"

     Queridos..amigos..de..Pirineo..total;
                                                         Momificación pirenaica.
Mi pequeña “Heidi” es una cajita de ruidos todavía sin definir su causa. Y lejos de pensar que sea algo mecánico estoy convencido de la influencia de los extraterrestres. Son muchas cosas que se aúnan para que no crea en las coincidencias. Hay trozos de pistas que he olvidado, partes que no me suenan. Subes por una pista y piensas que la siguiente curva es la última cuando quedan más y más curvas. Solo me pasa cuando subo así que deduzco que las abducciones se producen solamente cuando el cuerpo baja las defensas, tu ritmo cardiaco es alto y el oxigeno es deficitario, cuando el ácido láctico está por la nubes. Cuando llevas la lengua a un palmo del suelo vamos…
“CRÓNICA DEL GATO”
Mi cuerpo está lleno de arañazos. En mis brazos llevo tatuados todas las zarzas, buchos, aliagas y espinas (urticantes o no) desde Gue hasta Sobremonte, de Yesero hasta Erata y desde mi casa hasta Sta. Elena. Tengo arañazos de las rosaledas de la plaza del Aytmto y de las hortensias de mi madre (Que sí, vale que las hortensias no tienen pinchos….las de mi madre si!!).
Pero que quede claro de una vez por todas; no me gustan los gatos. Ni siquiera esas gatitas de grandes ojos naranjas y sublimes curvas felinas de pelo largo…..
                                                         Subiendo el Himalaya.
Y eso que he mejorado bastante cuando una persona momificada en una silla delante del ordenador de “Mondo frio” me pasó unas protecciones para mis sangrantes piernas. Y así, hecho un “ecce homo” me voy a pedalear con Milnena y JuandeDios (él llama a mi familia como quiere yo también lo llamo como quiero). Así me quedo en un bucho agarrado de la mochila, Milnena se cae con la rodilla y le duele el dedo o nos perdemos con JuandeDios siguiendo los brochazos blancos.
Y es que ayer por Aso pensaba que perdidos en la espesura del bosque acabaríamos comiéndonos unos a otros para sobrevivir. Pero es que bajando de Erata (Por dónde sale el sol) temí ser pasto de una familia armada con moto-sierras con caretas de hockey en una casa llena de huesos. Y no porque mi frontal alumbrase poco…Y eso que subiendo al Puerto de Aso y el mal de altura me nublaba la vista no divisé al Abominable hombre de las nieves. Y aún damos gracias que no hemos encontrado una tribu perdida de caníbales…
                                                         Abducción en algún lugar de Erata.
Y…por favor que nieve ya. Quiero ir al monte y no parecer Hoomer Simpson. “uy. Ay. Uy”. Quiero ducharme y que el jabón no me escueza en brazos y piernas. Quiero que no me ataque una manada de barzas y espinos. Que nadie me diga que el camino es recto y acabe en mitad de un bosque preguntándome si eso es un brochado o un reflejo del sol, si bajo por un barranco con la bici a cuestas o si mato al guía.
Ataque de barzas
No pido mucho. Que acabe este verano eterno y las temperaturas bajen hasta niveles de una pequeña glaciación. Que la nieve caiga suave durante días y sea seca, que se meta por las fosas nasales y tengas que respirar en un cambio aéreo para volver a hundirte en el etéreo blanco. Cabalgar con el dragón. Y sobre todo aparcar la bici. Olvidarme del buje, de la cadena, del ruido del desviador y del tornillo del hanger o el diente del trócolo bifomolo. Quiero el letargo de los días lluviosos y dejar de soñar con bosque pintado de blanco.
Desde la más cerrada de las espesuras del bosque, para Pirineo total; Rustav Cristiania.