viernes, 20 de enero de 2012

"Crónicas del limbo"

Queridos..amigos..de..Pirineo..total;
El anticiclón sigue allí?. Las noticias de que se acercan las borrascas son más frecuentes y la fecha señalada desde la tradición y desde “casa Luis” de Jaca está al caer. Forecast se va retractando de nuevo de la nevada de 32 cm. para este fin de semana mientras que la ONG Monitores sin fronteras  estudia demandas por injurias contra esta famosa web. Persisten las leyendas nivales sobre las estaciones y los cañones siguen vomitando nieve sobre Panticosa en toda su extensión y su magnificencia.
“Dios salve a los cañones”
No solo quiero desmentir que no se haga nieve en Panticosa. Desmiento todo. Desmiento que estemos cerrados tras Navidad. Desmiento que Alvarele tenga palillos guardados en casa en el fondo del armario. Desmiento que la poeta haya sacado un libro de rimas llamado “Gilipollas rima con amapolas”. Desmiento que Macgiyver esté haciendo una funda para los huevos. Desmiento que Abu haya renegado de Forecast. Desmiento que a Enfaduca se le llame este temporada Estufaduca. Desmiento que el Samurai aparezca de vez en cuando por nuestros lares de azul gominola.
Susodicho en "Heraldo de Aramon"
Y una vez desmentida esta tanda de bulos y de falacias relataré el acontecer en nuestras pistas durante esta semana. El invierno sigue sin aparecer aunque nos haya engañado con unos días de fresco. En el periódico aparecía una foto simulando un cartel del oeste americano en el que se buscaba un invierno como los de antes. Vivo o muerto les faltaba decir (aunque un invierno muerto puede que ya lo hayamos encontrado). Un invierno de niebla en Noviembre, nieve en Diciembre, bajo cero en Enero y viento en Febrero rezaba abajo. Por mí que se guarden el viento pero el resto ya firmaba….
Un invierno como los de antes. El día de la marmota desde mitad de Enero hasta Abril. Comer en las sillas y arrastres todos los fines de semana desde Diciembre hasta mitad de Marzo. Ansiedad desde Noviembre a Abril. Viento únicamente como higiene mental y descanso total. El dragón siempre que se pueda desde principio a fin. El sexto dedo y el espolón desde mitad de Enero hasta principio de Junio. Bajar al pueblo desde Enero hasta mitad de Marzo sin tablas de piedras. Bajar en el huevo abrigados y un mínimo de 6 desde mitad de Diciembre hasta mitad de Febrero. La curva desde que se empieza hasta que se acaba. El ángulo antes de clase desde que merece la pena hasta que deja de hacerlo.
Eso era un invierno de los de antes. Pero eso era por encima lo que debía ser. Por debajo era más; mucho más. Un invierno de los de antes era esconderte para que no te señalasen con un nombre en tu casilla de la pizarra mientras esquiabas. Esquiar con algunos que ya no están. Apretarte en el huevo mientras contabas lo de ese gañán, la piedra que te habías encontrado, el palo que te habías comido, el cigarro que te habías tragado, la línea que habías hecho o la que ibas hacer, la piedra que has saltado o las fijaciones que te saltaban (..). Era eso y el mordisco que le habías dado al bocata de tal en el cambio de clase. El trozo de chocolate que te había salvado en la cola de ese u otro arrastre. El trago de agua en Yanel que hacía que revivieses. Un invierno de antes era eso y sobre todo la nieve salpicándote o escondiéndote en cada giro. Las posibilidades de ir allá o venir hasta aquí. De pirarte a Val de Alvarele o quedarte en una pista para hacer eso o lo otro. Decidir dónde comer y qué hacer. Era eso y mucho más…Eran Abedules y el conejo, era el espejo y los tubos de Corona. Era Yanel y la azul de Corona. Era el valle escondido, era un bacon-yeso permanente en la silla eterna. Un invierno era llevar térmicas y buff,  esperar que saliese el sol y llegase a Mandilar. Un invierno era sentir cosas buenas y malas pero sentirlas. Era desear que llegase la hora, desear un día de viento, que llegase la silla de una vez al valle escondido, subir otra vez para bajar de nuevo, tener clase o no, desear estrangular a alguien o darle mil besos….
Limbo actual. web cam
Un invierno de antes era desear cosas u odiarlas. Este invierno es un limbo. No hay ni pena ni gloria. Es un estado neutro en el que te conformas y nada te motiva. Un estado de “chof” frente al “flow”. Lo mismo esquías que te sientas. No importa la abuela bantú o el padre tirolés. No importa el viento, no te interesa si llevas cantos o no, si comes a las 10 o si lo haces a las 3. Te deslizas pero no esquías. Es igual tu casa que abajo, arriba que en medio. Lo mismo son los palillos debajo las uñas que clavarlos en la extensión. Igual da el viraje que el giro. La cuña que un ladrillo. Un invierno no debería ser apático.
Desde un verano bastante fresco para Pirineo Total; Rustav Cristiania.

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