Queridos…amigos..de..Pirineo..total;
Tengo una vida y no puedo (o no
quiero escribir debido a los sinsabores de esta temporada) en este espacio de sabiduría
asiduamente. Y cómo no veo que me donéis nada tampoco me siento obligado a
hacerlo. Pero no quiero empezar con resquemor una crónica de un día como el de
hoy. Aunque seáis unos ingratos. Si desconocidos amiguitos ; ha nevado y hoy
nos hemos encontrado una estación bonita, blanca, redondeada y desconocida esta
temporada. Parece que al final Klaus nos ha regalado este día que nos veníamos mereciendo
hace unos meses ya. Al final los sacrificios de cursillistas ha merecido la
pena…
“El día de la temporada”
Según el gourmet de la nieve, la caída
la pasada noche se ajusta a nieve polvo sin llegar a ser su calidad de las
mejores. Parece que su textura no acaba de ser del todo suelta y esto puede ser
motivado por, o bien un ligero viento durante su asentamiento o bien por una
exagerada carga de agua en su composición. Nieve buena en general para todo tipo de
deslizantes (surferos, orcos, zombies, esquiadores..) pero enmascarada en
cualquier caso por el poco espesor.
Claro que hoy nadie pensaba en
eso cuando esquiaba. Hoy era el día de la temporada. Todo estaba cubierto de
esta nieve polvo y fría que de nuevo nos permitía sentir el aliento de ese
dragón añorado durante tanto tiempo. Locura inicial antes de las clases para
arrebatar a tanto orco un pedacito de ese cielo ingrávido. Si eso es ansiedad.
Y una ansiedad de muchos Tomeles hablando con propiedad. Hoy creo que todos
hemos olvidado firmar pero ….hoy merecía la pena faltar al deber para y con la
empresa. Hoy el deber era con Klaus. Santificar sus dones en medio de una nube
de polvo blanco. Y hoy no era consumo propio, hoy era tráfico. Tráfico,
ansiedad, gula, ausencia de orden y sobre todo placer. Un orgasmo entre clases,
un correr poniéndote arvas, espalderas,
cascos, música y esquiar como un “cibor” lleno de cables que se enganchan por
todos los sitios.
Hoy no había amigos. Hoy no se
esperaba a nadie. Tienes clase…mala suerte; mejor tu que yo. Hoy solo buscabas
la compañía de la pendiente confiando en haber elegido una buena línea y que no
te encontrases tiburones. Tras tantas plagas: viento, humedad, calor, nieve
roja, langostas, zombies, prohibiciones, lluvias, café adulterado, mármol (..)
hoy ha sido el día.
Y allí estaba yo con todo
preparado. El sol bañando ese manto nival inmaculado y solo teniendo que
empujarme un poco hacia la pendiente. Las tablas deslizan, siento la textura
del dragón y gano velocidad. Hace frio. Un giro tímido para empezar y en la
flexión siento el aliento que se acerca y noto como me sube el frio del dragón
por debajo. Más velocidad, el dragón me acompaña y su aliento se mete por
debajo del anorak. Fase final de la curva y se rompe la tensión superficial de
la nieve explotando alrededor de mí y metiéndose hasta el ombligo. El aliento
recorre mi cintura y los canales trango lo reparte por mí torso en espirales
mientras los anillos trango se comprimen y me levantan la térmica. El polvo no
me deja respirar por la nariz y noto presión en la garganta. Siguiente curva,
más rápida, más polvo, más profundo. La cremallera se baja y libera mi garganta
facilitando la respiración e incrementando la absorción de nieve por la parte
superior del torso. Es una comunión con la nieve. La siento más por más sitios.
Pero no importa porque solo
importa el siguiente giro, la siguiente curva, ir hacia la pendiente en una
nube blanca y que nada se interponga. Y cuando digo nada me refiero al arva
comprimido entre la espaldera y anorak clavándose en la 3 costilla. Me refiero
a la nieve metiéndose a raudales por cuello y por cintura. También hablo del
cablecito del mp3 que te salta porque va comprimido y la fricción hace que se
mueva. Me refiero a eso y a las 7 piedras que te esperan un poco más allá y
dejarán su impronta en la suela de tus amadas tablas. Y no olvido las
cremalleras rotas que al final hacen que tus bolsillos estén llenos de ese
aliento efímero.
Pero hoy, a pesar de buscar
esquíes medio día, doy gracias por esta jornada. Y será esta la que me lleve en
mente al verano que está por venir. Y allí en ese recuerdo estaréis los que
hemos cabalgado juntos y buscado unidos. Gracias a todos.
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